Hay un corazón de insecto
concluyéndose en mí oído,
desnúdame, viento blanco,
que quiero matar al río.
Si yo olvidara tu nombre,
dolida luz en el vidiro,
toda luciérnaga muerta,
corazón de agua em mi oído.
Me está desnudando el viento
para que asesine al río.
Este brazo de azucena
será un fragante cuchillo
para matar en el alba
la nevada luz del río.
Obscura hiedra del viento,
el río suelto em mi oído.
Cancionero sin nombre -- 1937.
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