Da risa ver a los campesinos de Santiago de Chile
con el ceño fruncido
ir y venir por las calles del centro
o por las calles de los alrededores
preocupados-lívidos-muertos de susto
por razones de orden político
por razones de orden sexual
por razones de orden religioso
dando por descontada la existencia
de la ciudad y de sus habitantes:
aunque está demostrado que los habitantes aún no han
nacido
ni nacerán antes de sucumbir
y santiago de Chile es un desierto.
Creemos ser país
y la verdad es que somos apenas paisaje.
Tres poemas.
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