quinta-feira, 7 de fevereiro de 2013

Antonio López, opinion

"Cuando empieza a trabajar, el pintor europeo siente que ha heredado un fondo inmenso de representaciones, y se siente el último en llegar. Los temas no han variado mucho: la vida, la muerte, el amor. El mundo real es el mismo, porque si lo analizamos como idea, como proyecto, como representación plástica, independiente del motivo concreto, un animal desollado no deja de ser como una persona desollada, por lo que a la tradición de representaciones de animales desollados podemos añadir la de temas como el martirio de San Bartolomé. En el fondo, es una imagen muy cruel, terrible, dura, pero con un sentido plástico innegable: la presividade extrema de lo físico, como carne, como muerte"

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