Todas las construcciones del mundo natural, sea orgánico o inorgánico, son arquietecturas. Es la estructura molecular de un cuerpo lo que le da su individualidad a la vez que lo diferencia de los demás. Los fenómenos de cristalización nos ofrecen bellos ejemplos de arquitectura natural, pues un mismo cuerpo se cristaliza siempre en el mismo volumen y con la misma forma. El oxígeno y el hidrógeno, en presencia el uno del otro, se combinan em ciertas proporciones para crear un número deternminado de moléculas nuevas que depende de las cantidades de los elementos que hayan entrado en la mezcla, ni más ni menos. Se ha realizado la síntesis del agua, en calidad y en cantidad. Esto es una arquitectura química, una auténtica arquitectura, porque el resultado de esta combinación tiene una unidad, una homogeneidad y unas proporciones que la constituyen. Tiene una nueva individualidad. Pero si mezclamos agua con vino, por ejemplo, sólo obtenemos una construcción. El resultado no tiene propiedades químicas nuevas ni tiene unidad, homogeneidad o individualidad. No es, en definitiva, una síntesis... No se puede desmontar una arquitectura y que sus piezas conserven una autonomía o una vida aislada. Un fragmento de arquitectura no es más que un trozo extraño y truncado cuya existencia sólo se justifica en le sitio preciso donde le corresponde estar. Por consiguinte, la construcción es una mera imitación de la arquitectura. La técnica de la pintura es la arquitectura coloreada y lisa y no la construcción. Es la relación entre los colores y las formas que los contienen.
Se puede afirmar ahora que si la estética es el conjunto de relaciones entre la pintura y el mundo exterior, correspondencias que conducen al tema, la técnica es el conjunto de las relaciones entre las formas y los colores que contienen, y entre las propias formas coloreadas. esto es la composición y conduce al cuadro...
Cada forma en un cuadro ha de responder a tres funciones: al elemento que representa, al color que contiene y a las otras formas que, con ella, componen la totalidad del cuadro. En otras palabras: Ha de responder a una estética, ha de tener un valor absoluto dentro del sistema de relaciones arquitectónicas y un valor relativo en la arquitectura particular del cuadro.
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